ESCUELA BOLIVIANA INTERCULTURAL DE MÚSICA EBIN

Luis Oporto, abril de 2021

El 14 de febrero de 2009, el entonces presidente Evo Morales dispuso la creación de la EBIM mediante D.S. No. 0009, como "entidad de educación pública superior descentralizada, bajo la tuición del Ministerio de Educación en la parte académica y financiera, y en coordinación con el Ministerio de Culturas para su desarrollo cultural", en un ejemplo de sensibilidad y voluntad política, en respuesta a la demanda de la Asociación de las bandas de músicos de Oruro. La EBIM empezó sus labores el 1 de marzo de 2010, con 80 inscritos y 15 docentes, con sede en Oruro. La EBIM buscaba profesionalizar músicos con nivel de licenciatura, con la visión de "recuperar y revalorizar los saberes musicales de Bolivia", dirigida en primera instancia a los músicos de las 76 bandas de Oruro y otros departamentos del país, como también a otros grupos musicales étnicos y campesinos. Es la primera escuela en su género en Latinoamérica. Hoy prepara la graduación de tres licenciados en charango. los primeros en este género musical.

Hoy, en "La Casa del Artista" del Ministerio de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización, la rectora de la EBIM presentó las dos últimas publicaciones editadas: La Anata Andino (sic) y la descolonización de la danza y la música tradicional de Jallupacha en contacto urbano (de Ramiro y Edwin Gutiérrez Condori); y la Antología de la Cueca Orureña. Música y diversos autores (de Oscar Jesús Elías Lucero).

La primera obra estudia los antecedentes históricos del Anata Andino en Oruro, analiza con rigor y profesionalismo destacables, la música en la entrada Anata Andino, y su incorporación en el contexto urbano, esencialmente en el Carnaval de Oruro, hecho considerado por los autores como proeza, dada la singularidad del Antruejo de los Andes, reconocido como Patrimonio Intangible Inmaterial de la Humanidad.

La segunda publicación es muy singular, pues es el resultado de un largo proceso de investigación y recopilación de "los archivos documentales y sonoros que permitieron acumular un respetable número de obras musicales hechas en Oruro, para Oruro y por orureños de sangre y de tierra". Con acertado criterio, el autor incluye dos valiosos estudios: una "Pequeña historia de la cueca" del investigador Bruno Dagomir Petricio Anzaldo, que abrirá un debate sano sobre el origen de la cueca que --siguiendo a García y Claure-- la ubica en la fusión de la música gitana andaluza y la música africana", en la Lima colonial, en la que "la tradición flamenca aporta las palmoteadas, la utilización de guitarra y el pañuelo, [y] los mulatos aportaron la entonación los movimientos pélvicos que simulaban el apareamiento de los gallos que rondan a la gallina antes de montarla" y desde allí se dispersó a Bolivia, Argentina y Chile.

El segundo estudio es sencillamente revelador y corresponde al propio antologador, con el título de "La cueca boliviana", en la que analiza la estructura de esta danza, la identidad inicial de la cueca orureña, su práctica extendida en fiestas patronales y presteríos, fiestas familiares, aquellas que se estilaban en locales públicos y chicherías, su arraigo en las clases medias a través de estudiantinas y conjuntos típicos y su incorporación en la Diablada, para finalizar con lo que denomina la simbiosis de las cuecas bolivianas. Aporta datos del sorprendente acervo que consultó en el Archivo del Comité de Recopilación de Música Boliviana, el Archivo Musical de la Estudiantina “10 de Febrero” y el Archivo Musical del Conjunto Típico “Sajama”, seguido de copiosa bibliografía especializada.

Con ese contexto, presenta las cuecas orureñas que integran su Antología, a la que antecede con una muy bien elaborada Galería de Compositores de Cuecas de Oruro, para Oruro y en Oruro, con datos biográficos esenciales de compositores e intérpretes incluidos en su Antología. El plato fuerte, sin duda, lo compone las partituras de las 34 cuecas seleccionadas. Gran logro y notable aporte.

La rectora de la EBIM, Vannia Isabel Miranda Pinaya, luego de la presentación de las dos obras, muy emocionada eligió una cueca al azar y la interpretó al piano, desgranando las melodiosas notas de "Ódiame o quiéreme", de Raul Shaw Boutier, mostrando así la utilidad de la Antología y, por supuesto, su calidad profesional, una Licenciada en Música, con sólido conocimiento de esta especialidad.

Tuvimos la oportunidad de escuchar las palabras del autor del Anata Andino, y las expresiones de apoyo a la labor de la EBIM a cargo del director de Patrimonio Cultural del Ministerio de Culturas, Gonzalo Vargas Rivas. Fue un emotivo fin de semana.