"Las Metamorfosis" cuenta un capítulo de la historia trans y travesti de Brasil en la década de los 70'

MNA / La Paz, 13 de junio de 2023

.- Con la fotografía, Madalena Schwartz le ha dado luces y perpetuidad a un tema que tenía claroscuros por la época de represión que Latinoamérica vivía en la década de los ‘70: el escenario de gays, trans y travestis en el Brasil de la década de los ‘70.

La exposición "Las metamorfosis: travestis y transformistas en San Pablo, años '70" es una muestra de esta fotógrafa, una serie de 89 obras con retratos y escenas íntimas descifrando la transformación de estos personajes. Será inaugurada este jueves 15 de junio, a las 19.00, en el Patio de Cristal del MNA, dependiente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FCBCB).

La exposición "Las metamorfosis: travestis y transformistas en San Pablo, años '70" es una muestra de esta fotógrafa, una serie de 89 obras con retratos y escenas íntimas descifrando la transformación de estos personajes. Será inaugurada este jueves 15 de junio, a las 19.00, en el Patio de Cristal del MNA, dependiente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FCBCB).

Esta muestra fotográfica aterriza en el museo boliviano luego de hacer sido exhibida en el Instituto Moreira Salles (IMS) en Río de Janeiro y en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA).

Los curadores de “Las metamorfosis” son Samuel Titán y Gonzalo Aguilar. “Yo me pregunto si Madalena no habrá visto en esas muchachas –tan ‘raras’, tan ‘sin lugar’ en el orden social brasileño de aquellos años– algo así como un espejo de su propia condición de extranjera: mujer en un mundo profesional de hombres; judía en los años tras la Segunda Guerra Mundial; húngara en Argentina, argentina en Brasil, siempre ‘fuera de lugar’, entre comillas, por supuesto”, nos contó Titán, en un breve acercamiento con él desde Brasil.

Le preguntamos cuáles han sido los hilos principales que definen la curaduría de la muestra "Las metamorfosis": “Yo diría que el eje inicial de la curaduría ha sido el deseo de darle a Madalena Schwartz un lugar al sol en el contexto de la historia de la fotografía en Brasil. Madalena fue una pionera, llegando a trabajar profesionalmente como fotógrafa en una época en que esto no era un hecho trivial. Schwartz merece un lugar al lado de otras fotógrafas de su generación en Brasil, como Maureen Bisilliat y Claudia Andujar”.

Madalena Schwartz comenzó a producir en 1971, cuando retrató a travestis, transformistas y figuras de la noche de São Paulo. Ellos estaban en las calles donde ella transitaba. Eran los brutales años de dictadura, en los que las cuestiones de género ganaban fuerza en el ámbito de los medios masivos y de la contracultura, al mismo tiempo que la vida política era ahogada bajo el yugo militar.

Fiel a su formato predilecto –el retrato–, Madalena dedicó buena parte de su tiempo, en los años siguientes, a fotografiar a figuras célebres en Brasil como Ney Matogrosso, los Dzi Croquettes, Elke Maravilha o Patricio Bisso, así como a estrellas de brillo breve pero intenso: actores y actrices, performers y bailarines, travestis y otras “metamorfosis ambulantes” –como dice una canción de la época– que animaban la vida nocturna de la ciudad.

De esa fusión de la propuesta estética y el documento social que van de la mano en esta exposición fotográfica, el curador Titán cuenta: “Nos interesaba investigar su fascinación y su trabajo largo sobre el tema de las travestis y transexuales. Hay que decir lo que realizó Madalena en los ‘años de plomo’ de la dictadura en Brasil, y creo que algo de su interés tiene que ver con eso, con el elemento social contestatario y la estética que encontró ahí. Así que el tema gay/trans de cierta manera se convierte en símbolo de otros deseos dispersos en la vida social”.

¿Cuáles son los aspectos descollantes de esta obra de Madalena, la obra de esta exposición?, le preguntamos al curador: “Yo diría que su carácter pionero y, más que eso, original. No fue la primera en fotografiar a travestis y a personas trans, pero lo que me parece distintivo es el tono más bien íntimo que confiere a sus fotos. O sea: no sale por las calles a fotografiar las zonas de prostitución, no hace un fotoreportaje sobre sus vidas cotidianas, etc. En muchos casos, las invita a su propia casa, improvisa un estudio con sábanas blancas, les da libertad de vestirse y de hacer performances mientras las fotografía. O si no, va a los camarines y se interesa más por fotografiar el proceso de maquillaje –el proceso de metamorfosis, si quieres– que fotografiarlas sobre la escena de un teatro o cabaret. Hay en eso -como dice mi colega Gonzalo Aguilar- un gesto de hospedaje que merece admiración”.

Estas metamorfosis piden, pues, contemplación, atención, empatía y una mirada desde la diversidad actual que ilumine la vida de las pioneras –fotógrafa y modelos– que hicieron la historia trans del Brasil de los años ‘70.