México Y Bolivia Reciben A Las Almas De Sus Difuntos En Casa Museo Inés Córdova Y Gil-Imaná

Noviembre de 2024

México y Bolivia recibieron a sus seres queridos que trascendieron a otro plano existencial en la Casa Museo Inés Córdova- Gil Imaná, con ofrendas, música y un derroche cultural y artístico. La actividad fue organizada por el Centro de la Revolución Cultural (CRC), dependiente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FC-BCB) y la Embajada de México en Bolivia y tuvo el propósito de mostrar la diversa herencia cultural de dos pueblos hermanos.

Todos Santos y Día de Muertos son dos festividades distintas, pero que comparten el mismo sincretismo religioso. Ambas celebran a las almas "ajayus" de los difuntos que vienen a visitarnos en esta época del año. Para recibir a estos seres de luz, se arman majestuosos altares en los cuales se coloca una variedad de alimentos que el difunto disfrutaba en vida.

La Casa Museo Inés Córdova - Gil Imaná exhibió dos altares diferentes, uno elaborado según la tradición boliviana y el otro de acuerdo a las costumbres mexicanas.

El altar boliviano se erigió en honor a destacadas personalidades del ámbito artístico cultural que contribuyeron, con su obra, al desarrollo de las culturas del Estado Plurinacional de Bolivia. Allí resaltaro las fotografías de los anfitriones: Inés Córdova, Gil Imaná, acompañados por 50 artistas y gestores culturales como Marina Núñez del Prado, Nilo Soruco, Rosa Ríos, Agar Delos, Franz Chuquimia, Remedios Loza, Edgar “Huracán” Ramírez, Claudio Sánchez Castro, Gastón Ugalde, entre otras personalidades.

Las pasankallas, suspiros, dulces, cañas de azúcar, tocoro (tallo de la cebolla) y una variedad de masitas acompañadas de toda clase de bebidas y frutas dieron la bienvenida a los ajayus que llegaron desde el Alaxpacha al medio día de este 1 de noviembre. La música de las Pankaritas del Viento dio la bienvenida a las ánimas quienes eran recibidas con aplausos y bailes al ritmo de pinquillos y bombos.

El altar mexicano rememoró a dos mujeres históricas de las luchas independentistas latinoamericanas: Josefa Ortiz de Domínguez y Juana Azurduy. En ese espacio, se destacó el arco floral de colores muy vivos, frutas, panes, velas e incienso, acompañado de katrinas, bebidas y distintos alimentos. En México, la danza y la música son elementos de suma importancia cultural; bailes típicos como los matachines, procesiones, cantos y rezos en las iglesias y cementerios de los pueblos acompañan la festividad. Otra particularidad de la celebración es que en cada pueblo o región se le otorga un toque distintivo, donde abunda el pan y el chocolate.

El importante acontecimiento inició con las palabras del presidente de la FC-BCB, Luis Oporto Ordóñez. En su alocución destacó que la celebración a los difuntos que comparten Bolivia y México posee sus propias singularidades, sin embargo estas tradiciones forman parte de la identidad de dos pueblos hermanos.

Oporto explicó a los visitantes extranjeros que, según la cosmovisión andina y su mitología, el universo es percibido en tres espacios o niveles: Alaxpacha (el mundo de arriba, del más allá o el cielo, de donde llegan las almas de los difuntos), Aqhapacha (el mundo donde vivimos) y el Manqhapacha o Uqhupacha (el mundo de abajo, donde mora el Tio o Supay). Ese pensamiento complejo de los pueblos aymaras y quechuas se manifiesta en las distintas tradiciones culturales, como la festividad de Todos Santos, que se celebra cada 1 y 2 de noviembre cuando se reciben a las almas de los difuntos con todo un ritual adecuado a la zona geográfica de cada región.

“Hoy recibimos a nuestros difuntos ofreciéndoles diversos manjares que en vida disfrutaron. Invitamos al pueblo boliviano a sumarse a esta costumbre que no debe perderse. Hoy presenciamos ese diálogo entre dos pueblos hermanos”, manifestó Oporto.

A su turno, el Embajador de México en Bolivia, Eduardo Sosa Cuevas, agradeció al Centro de la Revolución Cultural por la invitación y resaltó la celebración de ambas festividades que fortalece la relación bilateral entre los dos países.

Sosa cedió la palabra al cónsul de Bolivia en México, Alan Torres Tovar, para que sea el encargado de explicar la festividad en celebración mexicana.

“Nosotros compartimos muchas similitudes, nuestros muertos nos viene a visitar el día de hoy, es una costumbre muy antigua de México. La particularidad es la comida, en distintas regiones mexicanas se elabora un pan de muerto, el chocolate, tamales especiales que se hacen en este día, es el amor que le tenemos a la muerte a los muertos “, sostuvo Torres.

Las palabras de inauguración de la muestra estuvieron a cargo del jefe nacional de Gestión Cultural, David Aruquipa Pérez, quien manifestó su alegría por el puente cultural que se teje entre Bolivia y México.

“Estamos construyendo un puente entre dos países hermanos, tenemos muchas similitudes, pero también particularidades. Esta celebración en ambos casos está relacionada a las lluvias a la siembra, es una época donde nuestra tierra se alista para generar vida. La vida y la muerte es un continuo caminar, nunca morimos solo trascendemos hacia otro plano existencial”, señaló.

Casa Museo Inés Córdova- Gil Imaná recibió con cariño a sus visitantes que se detenían para regalar una oración en cada altar. Las plegarias fueron recibidas por sus anfitriones, quienes ofrecieron distintos manjares como pasankallas (Bolivia) y el pan de muerto (México).