El trabajo de las imprentas en la publicación de la Memoria Administrativa de Bolivia

Luis Oporto Ordóñez, julio de 2022

La introducción de la imprenta fue el inicio de una época de innovación, desarrollo y progreso. Al principio las imprentas existían solamente en las ciudades de La Paz y Sucre, y en torno a esta actividad se reunían los más destacados hombres de la época, como Castillo, el primer impresor de la ciudad de Sucre, quien llegó incluso a vaciar en persona los tipos de impresión de su establecimiento.

Muchos otros fueron políticos, por ejemplo, los hermanos Vicente y Valentín Ayllón, a su retorno del exilio en Montevideo (Uruguay), por orden del Mariscal de Ayacucho, instalaron en Chuquisaca su bien ganada fama de fabricantes de imprentas en diciembre de 1827. Tampoco deja de llamar la atención el establecimiento de la Sociedad Tipográfica, el 5 de abril de 1829, que tenía como accionistas a Manuel María Urcullo, José María Serrano, Mariano Enrique Calvo, Casimiro Olañeta, el diputado Reynolds y Tomás Frías, según León M. Loza.

La primera edición de la Colección Oficial fue impresa por la Imprenta Volante del Ejército Libertador, administrada por Fermín Arévalo, quien además imprimió El Cóndor de Bolivia, colaborado por tres ‘oficiales de imprenta’ que ganaban en conjunto 145 pesos. Las siguientes ediciones aparecen hechas por la imprenta de la Universidad (1826) dirigida por Casimiro Olañeta, Molina y Calvimontes; la imprenta boliviana, entre 1827 y 1830, la del Colegio de Educandas, la imprenta de la Buena Fe en 1831 y la Tipografía del Colegio de Artes de Bernardino Palacios, en 1834-1835.

Después se hizo cargo de esa responsabilidad la Imprenta de López que estampó las ediciones de los años de 1835 a 1845, y más tarde las de 1857 a 1865. También la imprimieron la Imprenta Boliviana (1845-1846), la Imprenta de Gregorio Beeche (1846-1847), la Imprenta de ‘La Época’ (1848 y 1850), y la Imprenta de Hernández (1847-1851), que también trabajó las ediciones de 1859 a 1862. Hay que indicar que existe otra edición oficial para 1862 a cargo de la Imprenta de ‘La Opinión’ en 1864, en tanto que la Imprenta de Hernández la estampó nuevamente un año más tarde.

La técnica de la impresión

La técnica de impresión alcanzó hacia 1860 un notable progreso, introduciéndose en La Paz y Sucre prensas de mayor tamaño y capacidad para tirajes más rápidos: “… ya que eran dos los operarios que la manejaban: uno encargado de mover la rueda de la prensa y otro de colocar y retirar los pliegos, que eran de mayor dimensión”.

Reyes Ortiz prefirió tomar los servicios de la imprenta del Vapor (1856-1857, 1860, 1862), de La Opinión (1863-1864) y de la Unión Americana (1871, 1873-1875). Por su parte, José Rosendo Gutiérrez y Francisco Velarde utilizaron la imprenta Paceña (1866-1867, 1869, 1870). Tenemos muchas otras, como la Tipografía de Adolfo Flores (1851-1853), la Imprenta Americana de ‘La Unión’ de César Sevilla (1853-1854, 1871), la Imprenta de Eujenio Alarcón (1855-1856), las ya citadas Imprenta Boliviana (1857-1858) y la Imprenta de Hernández.

A partir de 1862, las ediciones fueron entregadas preferentemente a imprentas de empresas periodísticas, tales como ‘La Opinión’ (1862-1864); ‘El Progreso’ (1863); ‘La Libertad’ (1872); ‘El Ferrocarril’ (1876); ‘El Ciudadano’ (1877-1884); ‘La Razón’ (1885); ‘El Comercio’ (1886-1898), y ‘Los Debates’ (1899-1900).

Casimiro Corral publicó los Actos Administrativos de 1870-1871, en la imprenta Paceña de Ezequiel Arzadum, que imprimía el periódico La Libertad, taller donde se formó el célebre artista cruceño Manuel Lascano. Para fines del Siglo XIX, la imprenta alcanzó su mayoría de edad. Aunque no se había logrado el mismo grado de desarrollo en todas las ciudades, se observaban: “…notables progresos que se han hecho en litografía. Los establecimientos de este género, establecidos en las ciudades de La Paz y Sucre, producen trabajos que están a la altura de los que hacen en otros países más adelantados que el nuestro”.

La profesión de impresor ocupaba el puesto No. 21 en la nomenclatura de 44 oficios y profesiones del país. El gremio de impresores había crecido notablemente alcanzando un total de 438 en todo el país. El departamento con mayor número de impresores era La Paz con 173, seguido de Cochabamba con 58, Potosí con 56, Chuquisaca con 52, Oruro y Santa Cruz con 32 cada uno, Tarija con 22, Beni con 11 y el lejano Territorio de Colonias con 2 tipógrafos. Del total general, el 39% se encontraba en el departamento de La Paz, como hemos visto, y de éstos, 169 impresores radicaban en la capital. El resto de los impresores se encontraba censado en la provincia de Pacajes, Muñecas (uno en cada provincia) y Sicasica (dos en ésta).

En torno a este gremio se habían agrupado distintos tipos de trabajadores especializados, tales como cajistas, tintistas, prensistas, litógrafos y todos los dedicados al arte de imprimir. La importancia del gremio de impresores fue tal que muy temprano empezaron a organizarse, fundando en 1905 la Unión Gráfica Nacional, la segunda organización de este tipo que aglutinó a los tipógrafos de la ciudad de La Paz, logrando despertar en el trabajador gráfico “que antes había vivido aisladamente, el sentimiento de fraternidad para agruparse y fomentar la camaradería y la ayuda mutua”-

La técnica de impresión se desarrolló notablemente, existiendo en varias ciudades del país grandes prensas, modernas, que permitían mayor y más rápida impresión de los periódicos. En poco tiempo los linotipos desplazaron a los antiguos chibaletes de tipografía, y una reacción en cadena transformó la profesión, apareciendo el linotipista en reemplazo del cajista, la rotativa que sepultó a la prensa plana, relegándola a la menospreciada función de imprimir invitaciones y otros sueltos, y el auge del trabajo especializado del fotograbado, y así, en todo orden, el adelanto de la prensa boliviana llegó a ponerse a igual nivel que la del exterior.

En esa época se entregaron las ediciones oficiales a empresas privadas, entre ellas la Imprenta Artística Velarde (1902, 1915), al parecer es la misma Imprenta Artística (1903), la Imprenta y Litografía Boliviana (1904), la Tipografía Artística del Castillo, Heitmann y Cornejo (1905), volviendo intermitentemente a aparecer los talleres de empresas periodísticas como los Talleres Gráficos de ‘La Prensa’ (1906, 1911 y 1919).

Surge la Editorial del Estado

Otras imprentas fueron el Taller Tipográfico y Litográfico de Miguel Gamarra (1907), la Tipografía Comercial de Ismael Argote (1908), la Tipografía de ‘La Unión’ (1909), la Imprenta y Litografía Boliviana de H. Heitmann (1910), la Imprenta y Litografía Artística (1914), la Litografía e Imprenta Moderna de Juan Boettger (1917), y la Imprenta Nacional (1917-1918).

En 1920 empezó la era de la Litografía e Imprenta Unidas de Boettger y Zimmermman, que tomó a su cargo la edición y tirada del Anuario de Leyes y Disposiciones Supremas desde ese año hasta 1936, e inclusive otra edición de 1938, con un breve intervalo en el que se hizo cargo la Editorial La Paz en 1937. En 1939 apareció por primera vez la Editorial del Estado, que trabajó en esta responsabilidad hasta 1947. Entre 1948 y 1950 se hizo cargo de la edición y compilación el Ministerio de Gobierno, Justicia e Inmigración, encomendando el trabajo a diversas imprentas que no hemos logrado identificar.

Por distintas razones, el gobierno dejó de publicar las ediciones oficiales en 1950, responsabilidad que ya había asumido la Universidad Mayor de San Andrés, que imprimió una curiosa edición con el nombre de Anales de Legislación Boliviana, que se prolongó incluso hasta 1960, empleando la Imprenta Universitaria.

Coincidentemente con esta época, las imprentas alcanzaron nuevos adelantos. El 5 de abril de 1954, ‘El Diario’ inauguró los servicios de teletipo y telefoto, que se asegura fueron utilizados incluso antes que otros periódicos del exterior (Santa Cruz, 1962: 63).

Desde 1825, Bolivia publicó sus disposiciones administrativas en periódicos oficiales, siendo ellas la Colección Oficial de Leyes (1825), el Anuario Administrativo (1865), Anales de la Legislación Boliviana (1950), la Gaceta Oficial de Bolivia (1960) y la Gaceta Oficial del Estado Plurinacional (2010). Una serie de imprentas tomaron a su cargo la responsabilidad de editar estos periódicos oficiales, que publican las leyes, los decretos supremos y otras disposiciones legales, esenciales para garantizar la seguridad jurídica de la ciudadanía en general y del propio Estado.